viernes, 11 de julio de 2014

Viajecitos museísticos



Es interesante entender internet como un museo. Lo único que se necesita es tener cierto criterio a la hora de navegar, cierto sentido "curator" a la hora de hacer click, lo que convierte el tiempo que uno pasa en internet  en tiempo que merece la pena, en tiempo comisariado. Un museo ofrece siempre un recorrido antropológico que nos permite adentrarnos en los procesos culturales y sus transformaciones. Y hoy, desde una página dedicada al coolhunting, que no es más que la disciplina encargada de analizar las tendencias culturales y sociales que nos afectan, he decidido dedicar cierto tiempo a los museos, a la innovación que se está gestando en su seno, museos de los que quiero hablar -y esto es lo que tiene internet- sin haberlos  visitado nunca. Este es el primero de una serie de posts dedicados a la innovación en la propuesta museística.
 
Jonathan Salem Baskin es un tipo que propone otra manera de visitar museos, otra mirada, otro contexto desde el cual entrar en contacto con el arte. Se trata de entender que las cosas cobran sentido en función del contexto desde el que se interpretan, que el color es percibido en función de los demás colores que lo rodean, que los signos dependen de la estructura en la que se insertan como postulaba el estructuralismo. En esta ocasión el señor Baskin nos propone un viaje no autorizado, una guía auditiva que nos permite obtener una mirada a la pintura americana de antes de 1900 desde una óptica peculiar, desde un punto de partida tan condicional y tan de comic como el "what if?"(qué pasaría si?). En este caso se trata de imaginarse qué pasaría si los pintores de aquella época fuesen los únicos capaces de distinguir vampiros en el siglo XIX y sus obras estuviesen inspiradas en ellos. Así, los cuadros son interpretados y explicados en función de una serie de referencias de simbología vampírica, a través de las cuales se intenta conspirar sobre la posibilidad de que aquellos pintores estuviesen intentando comunicar lo que realmente estaba sucediendo, lo que hace de esta experiencia museística algo completamente diferente a lo que estamos habituados, pues convierte el arte y la historia del arte en un vehículo para otro tipo de entretenimiento.